Regalos indispensables para niños en esta navidad

Se acercan las navidades y muchos padres se preguntan que regalar a sus niños en estas fiestas. Algunos cuentan con unas listas interminables de pedidos de juguetes otros andan a última hora buscando ideas. Esta situación que se presenta cada año permite hacer una reflexión sobre como nos relacionamos como padres con nuestros hijos y cuanto los conocemos y comprendemos.

A veces una lista extensa de juguetes vistos en la tele puede representar una demanda insaciable de un niño que a pesar de recibir infinidad de juguetes no logra sentirse satisfecho. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué muchos juguetes a los dos días quedan aparcados en el fondo de algún armario?

¿Qué piden los niños cuando piden que se les compre o regale sistemáticamente?

Piden ser mirados, ser escuchados, piden tiempo de juego mutuo con mamá o con papá o todos juntos en familia. Demandan tiempo de calidad con mamá para conversar. Requieren compartir con papá una tarea cotidiana sin prisas. Piden poder dibujar, cantar con la tía una tarde sin pautas, solicitan a su abuela que lea o invente cuentos junto a ellos hasta cansarse…

Por ello, bajo la apariencia de lista interminable de aparatosos juguetes siempre hay una demanda de amor.

Los niños necesitan estar tranquilos sin exigencias ni obligaciones algunas horas al día. Un tiempo de juego, de soñar, de fantasear y de crear. Las obligaciones y rutinas son fundamentales para la organización temporal y psíquica de los niños pero en exceso anula su posibilidad creativa, de espontaneidad, y de desarrollo de sus deseos.

¿Por qué hay niños que a pesar de recibir muchas de sus solicitudes terminan llorando por el único regalo que faltó?

Me refiero al último de una lista, no al juguete ansiado desde hace un tiempo que es ignorado tal vez por los papás. Y si la lista completa se regala, la desilusión puede venir igual, por no ser el objeto como el niño esperaba o ser de un color diferente al que imaginaba, etc. ¿Por qué sucede?  Los juguetes como el deseo humano tienen caducidad, en cambio, la necesidad de experiencias gratificantes y fecundas no se agota. Los objetos como representantes de satisfacción plena siempre fallan ya que invocan a un imposible. Por eso ese último juguete pedido y no recibido representa la confrontación con la realidad misma en donde la plena satisfacción inmediata, desmedida, desmesurada no tiene lugar.

¿Cuales son los regalos indispensables para niños?

Las actividades cotidianas son posibilidades magníficas para compartir con los niños y conocerse más. No hace falta grandes salidas, ni grandes gastos, sino regalos para niños que desarrollen su autoestima, presentes que animen su curiosidad.

Algunas ideas para regalar en esta Navidad:

Realizar tareas conjuntos entre padres e hijos.

• Cocinar juntos, experimentar, probar sabores, texturas que además de transmitir el placer por una alimentación saludable suministra alimento emocional para el alma. La alimentación es la primer fuente de satisfacción del bebé y remite a lo más primario de cada uno, no es casual que cada conmemoración social se disfrute a través de una comida.

• Preparar la casa para las fiestas juntos. Poner la mesa, decorar la casa, ordenar, etc. Los niños que se sienten tenidos en cuenta y parte integrante del hogar familiar desarrollan una mejor autoestima y satisfacción personal. De este modo son registrados como personas diferentes con sus gustos y deseos, que tienen voz propia. La satisfacción de un niño cuando logra aprender a realizar algo nuevo y la experiencia de que sus padres confían en sus capacidades de desarrollo y aprendizaje son los regalos más valiosos para su futuro. Le brinda experiencias de retos compartidos, algunos conseguidos otros para el año siguiente… o el otro… o el otro quizá.

• Dar paseos donde se pueda conversar sin interrupción, donde los niños puedan preguntar, contar sobre lo vivido. Muchos niños se han acostumbrado a no poder hablar de ciertos temas por que perciben que incomoda a sus papás o porque en la rutina diaria de prisas entre el desayuno y el cole poco lugar queda para compartir un tema que les preocupa o les despierta curiosidad. Los niños no son ajenos a los sentimientos de los padres y las fiestas suelen ser un momento delicado para quienes han perdido a un ser querido recientemente. Los niños en la apariencia de ingenuidad soportan solos la carga de la pérdida del abuelo que jugaba con ellos o la abuela que acogía a todos en su mesa de navidad. Sin poder comprender su ausencia y los sentimientos y emociones que ello le provoca.

• Mirar juntos alguna película, leer juntos. Más allá de compartir el momento en compañía, esta actividad da la posibilidad a los padres de conocer que miran sus hijos, que les gusta hacer, que entienden de lo que ven, que les preocupa. Las buenas historias infantiles están llenas de niños huérfanos, madrastras, lobos y villanos que permiten identificarse con los personajes, elaborar situaciones temidas, manifestar sus miedos más profundos y encontrar salidas de resolución a muchos de los conflictos que les aquejan. Y por supuesto, puede generar fecundas conversaciones entre padres e hijos. La vida, la muerte, la enfermedad, la magia, la fantasía, la bondad y la maldad están allí presentes en el juego que la historia representa.

• Confeccionar un año de vivencias con fotos o dibujos. Compartir vivencias tenidas durante el año, hablar de ellas, compartir las impresiones tenidas por cada miembro de la familia es una ocasión magnífica para revivir momentos felices vividos y elaborar momentos dolorosos. Ver y escuchar que situaciones los niños recuerdan con más alegría y cuales son más difíciles de compartir es una guía interesante para los padres que desean comprender a sus hijos, con sus preocupaciones, deseos, anhelos y diferencias.