Día internacional de la mujer
El 8 de Marzo Día Internacional de la mujer tiene sus raíces en distintos acontecimientos en el mundo que fueron replanteando el lugar de la mujer en la sociedad, la lucha por sus derechos y las posibilidades de trabajo y educación. En 1857 se producen los reclamos de un grupo de mujeres trabajadoras en la industria textil en Nueva York; en 1910 se propone en Copenhague la idea de un día internacional de la mujer y en 1975 la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el año internacional de la mujer y proclama el día de la mujer.
Mucho se ha avanzado al respecto pero aún queda mucho por conseguir. No se trata de un mero interés de las “feministas”, sino de toda la sociedad en su conjunto. Por ello, este día nos da una nueva excusa para recordarnos a todos el porqué de este día y la importancia de la defensa de la igualdad de oportunidades para la mujer. Defender la igualdad de oportunidades de la mujer implica cuidar a las nuevas generaciones de mujeres, nuestras hijas y nietas; como también no olvidar a nuestras propias madres y abuelas que se vieron condicionadas a situaciones que limitaban su libertad de expresión pensamiento, formación y profesión.
Situación de la mujer en la actualidad
La mujer continua siendo considerada en posición de inferioridad y las sociedad presenta aún muchas resistencias para que esto cambie. La violencia a la mujer que leemos a diario en los periódicos no es algo meramente característico de los tiempos actuales sino que la discriminación a la mujer se encuentra desde tiempos muy antiguos instalada en el inconsciente y se repite y transmite en la cultura y en los patrones familiares, en mayor o menor medida, en todos los países del mundo.
No nos sirve conformarnos con que en Europa o España no se vivan los niveles de violencia a la mujer que en otros países observamos como la mutilación o lapidación de las mujeres. En formas menos evidentes la discriminación en términos de diferentes jerarquías entre hombres y mujeres sigue estando presente. Por ejemplo: la publicidad nos ofrece mujeres floreros como meros objetos decorativos que no pueden tener arrugas, ni celulitis. La diferencia entre salarios entre hombres y mujeres sigue siendo inaceptable. La experiencia de la maternidad implicada que se ha convertido como en un lujo a disfrutar por aquellas mujeres que su trabajo se lo permite o la única opción posible, donde la conciliación familiar queda en un ideal aun muy lejano.
El valor de la diversidad
Defender la igualdad de oportunidades no implica negar las diferencias entre los géneros ni anular las singularidades y los aportes particulares que cada individuo puede realizar a la sociedad en su conjunto. Sino desde la aceptación de la diferencia promulgar espacios en libertad para la mujer, la elección sobre su cuerpo, sobre su rol, su sexualidad y su desarrollo profesional y laboral.
La mujer ha sido y sigue siendo objeto de discriminación y acoso. Durante años se le impidió tener voz y desarrollar su creatividad e intelectualidad por quienes rechazan la diversidad en todas sus manifestaciones: sexual, religiosa, étnica e intelectual.
Mientras sigan existiendo prejuicios que catalogan de inferiores y superiores; que boicotean el desarrollo personal y social, la violencia de género seguirá presente en las familias y en la comunidad social en general. Sólo si nos desprendemos de éstos prejuicios podremos respetar y enriquecernos junto al otro con su singularidad.