Día mundial de las madres y los padres
Cada 1 de Junio – desde el año 2012 – la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora el día mundial de las madres y los padres. De este modo pone de relieve su responsabilidad principal en la alimentación y en la protección de los niños. Destacando que para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, los niños deben crecer en un ambiente familiar y en una atmósfera de felicidad, amor y comprensión. También resalta el papel crítico que los padres tienen en la educación de los niños.
¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de felicidad y amor? ¿Qué implica comprender a los hijos? ¿Que implica ser madre /padre?
Cuando hablamos de madres y padres nos referimos a la función que éstos desempeñan. Llamadas funciones parentales. En este artículo puntualizaré algunos aspectos de las funciones parentales que desde mi punto de vista tienen mayor relevancia en una etapa temprana de la constitución psíquica del hijo/a. Pero, estas funciones y su plasticidad para modificarse en las distintas etapas de crecimiento de los hijos tendrán relevancia en todo el entramado emocional entre padres/ madres e hijos.
Diversidad de padres y de madres
Cuando hablamos de madres o de padres, nos referimos a las personas que se ocupan del cuidado y sostén emocional del niño/a. Quienes lo humanizarán e introducirán en la cultura. Y aquí estamos ante el gran abanico de familias en las que los niños son criados, monoparentales, tradicionales, adoptantes, acogentes, conformadas por personas de cualquier orientación sexual.
Ni la modalidad de constitución familiar, ni la consanguinidad garantizan que las funciones parentales vayan a realizarse satisfactoriamente. Tampoco su posibilidad de asumir su función viene dada por algo instintivo, como décadas atrás se les adjudicaba a las mujeres por el mero hecho de ser mujer. No basta solamente con ser genitor, ni se trata de grados de amor. Sino que las funciones parentales serán algo a construir en ese encuentro único entre cada padre / madre con cada hijo.
Contexto saludable
Evidentemente que si los padres cuentan con un contexto saludable: laboral, social, familiar tendrán mayores oportunidades para vincularse de manera más íntima con sus hijos. Pero, esto no es garantía de por sí. Aunque los padres / madres se encuentren en un escenario satisfactorio pueden tener dificultades para propiciar encuentros vinculares genuinos con sus hijos. Y en otros ambientes, a priori más desfavorecidos y complejos, muchos padres encuentran la manera de vincularse empáticamente con sus hijos.
La posibilidad de encuentro o desencuentro con el hijo, vendrá ligada a la capacidad psíquica de los padres / madres para sostenerlo y contenerlo. Aspectos esenciales en lo que se denomina función parental.
Nacer como padre/madre
Llegar a ser padre o madre será mucho más que reconocer su filiación, más bien dará cuenta de un proceso de configuración en el propio psiquismo de un hombre o de una mujer. Por eso la maternidad o la paternidad resultan tan movilizantes y transformadoras en la vida de las personas. Habrá que poder ir gestando a la vez que un embarazo, un espacio mental capaz de acoger a ese ser que llega con sus características particulares y sus necesidades siempre singulares.
Ser padre/madre tiene que ver con poder transitar del lugar de hijo/a al lugar de padre/madre. ¿Cuántos padres no vemos que aún reclaman ser cuidados como niños, disputando con sus hijos a atención de su mujer? ¿Cuántas madres ceden a sus propias madres – a las que les atribuyen mejor saber hacer – muchas de sus funciones?
Pasar de hijo/a a padre /madre, entre otras cosas, requerirá aceptar la mejor versión de padre que uno puede ser y no quedar pegado a un ideal lejano – siempre imposible – del padre / madre que le gustaría ser. Y desde allí intentar enriquecerse y aprender desde este nuevo rol.
¿Por qué necesitan los niños de una madre y/o un padre que ejerza su función?
El bebé humano al nacer, desde su enorme desvalimiento es incapaz de sobrevivir sin un padre y/o una madre que pueda de sostenerlo emocional y físicamente. Necesita de un otro adulto que pueda interpretar sus necesidades y dar respuesta en tiempo y forma adecuada. Que no implica solo dar, sino también limitar, ya que el exceso también puede ser igual de iatrogénico que la falta de respuesta.
Para poder estar en sintonía con esas necesidades primarias del niño/a será importante la empatía, la sensibilidad y la capacidad de identificarse con ese niño, sin quedar a su vez mezclado con él.
Aquí no valen recetas homogéneas, ni se trata de brindar «consejos profesionales» para padres, sino de descubrir cada uno su propio modo de disfrute y acercamiento con los hijos, sin confundirlos o invadirlos con las angustias y preocupaciones propias.
Si fuera una receta de cocina, cada uno combinaría en intensidad y gusto, algo de paciencia, entrega, capacidad de aceptar lo desconocido y diferente, tolerancia ante la incertidumbre, flexibilidad, capacidad contenedora y de poder pensar en el bebé y por el bebé, para acercarle el mundo de un modo más tolerable y esperanzador.
Alimento emocional
El psicoanalista René Spitz fue uno de los primeros investigadores en utilizar el método experimental de la observación directa infantil en niños sanos y con patología. Sus desarrollos teóricos han permitido comprender en mayor profundidad las necesidades de todos los niños -y especialmente los que por diversas situaciones pasan extensos períodos separados de sus padres (hospitalizados, en internados…etc. )- describiendo de un modo detallado las consecuencias que las situaciones de abandono y deprivación , a pesar de estar alimentados e higienizados- les pueden generar.
Un niño que no es atendido en sus necesidades más primarias de afecto y amor puede experimentar sensaciones de desamparo emocional abrumador y generar graves consecuencias en su psiquismo temprano.
Las respuestas en exceso o ausentes que no van en sintonía empática con sus necesidades provocan que el niño, no se sienta reconocido y sostenido en su individualidad, dificultando su desarrollo. La higiene y el alimento no pueden ser entendidos sin el encuentro afectivo que se transmite a través de ellos. En el recién nacido el contacto de piel, los aromas, las miradas y el tiempo compartido en el encuentro cotidiano de la alimentación dan posibilidad a todo un despliegue de «alimento emocional» que también recoge la ONU en el homenaje en este día.
Niños huérfanos con padres / madres
Sin llegar a estas situaciones extremas estudiadas por Spitz podemos ver niños «huérfanos con padres» . Padres o madres que – por atravesar situaciones complejas, enfermedad, depresión, por ejemplo – no pueden hacerse un espacio mental en el que acoger a ese niño que llega. Madres que estando presentes físicamente, mentalmente están en otro lado, atravesando un trabajo de duelo, por ejemplo.
A veces, ciertas dificultades en el encuentro vincular se manifiesta en cierto pegoteo – confundidos con el apego – , que obstaculizan que se lleve a cabo la necesidad de separación y de ser uno mismo.
A veces nos encontramos con padres / madres que sólo pueden ver a ese bebé ideal que han fantaseado en su cabeza y todo lo que de su hijo no coincida con esa imagen de bebé les despierta rechazo. Padres o madres sumidos en una idealización de sus funciones que les entorpecen poder conocer la singularidad de las necesidades de sus hijos.
El niño sufriente que puede haber en cada padre / madre
En algunas situaciones en donde están en juego dificultades vinculares, suelo encontrarme con padres y madres que sufren en silencio y que arrastran en mayor o menor medida sus propias historias de sufrimiento infantil, no siempre de manera consciente. ¿Cómo establecer lazos con los hijos, si sus padres no han podido establecerlos con ellos mismos?
El sufrimiento mudo que muchos padres /madres cargan puede generar mucha culpa ante no poder ser con sus hijos del modo que quisiesen poder ser. El temor a ser juzgados o acusados por lo que sienten que son sus «fallos», puede dejarlos sin la ayuda necesaria.
En casos como estos los padres / madres pueden beneficiarse enormemente si pueden contar con un espacio terapéutico que les permita entender lo que puede estarse jugando de su propia historia en ese encuentro con su hijo. Un lugar donde ser sostenidos y contenidos ellos para después poder desarrollar sus propios recursos de vinculación afectiva con sus hijos.
En algunas situaciones disponer de ayuda psicológica desde el embarazo mismo o los primeros meses de vida del bebé puede resultar crucial para ayudar a padres y/o madres a que puedan vincularse con sus hijos y poder desempeñar sus funciones parentales.
Funciones parentales hoy
Hoy en día ser madre o ser padre es una oportunidad en la que desarrollarse y descubrir aspectos novedosos propios, de la pareja y del propio hijo en desarrollo. No sirven los modelos autoritarios ya dejados atrás que no consideraban la subjetividad del niño. Tampoco se trata de una permisividad sin límites – igualmente desconocedora del niño-, que lejos de generar gratificación sólo deja al niño sin contención.
«La función parental debiera variar de acuerdo a las necesidades del hijo. No es lo mismo la función que precisa un bebé, de disponibilidad amplia, ya que , al principio, la función parental funciona como un Yo auxiliar, receptor de las señales del bebé, y organizador de la mente del bebé, que lo que precisa un hijo adolescente que se encuentra en la etapa de cuestionamiento de sus padres«. (Eva Rotenberg)
La tarea de ser padre/madre es un reto a conseguir con cada hijo, una responsabilidad a lograr y un desafío exigente y a la vez motivador que dará lugar al desarrollo psíquico del niño y caracterizará sus relaciones interpersonales e intrapersonales. Es todo un trabajo a realizar, un deseo a conseguir, un bien preciado a cuidar.
Las funciones parentales hoy se llevan a cabo de manera compartida, alternada o en soledad, y hacen alusión al sostén del ser, al reconocimiento y a la terceridad, la separación. (Rotenberg/ Benjamín) Aspectos cruciales en la constitución psíquica del niño /a. Que harán de base para la apropiación del cuerpo y el sentimiento de si mismo, el desarrollo de la subjetividad. Y que permitirán con posterioridad, hacer uso de las capacidades cognitivas, lenguaje, pensamiento, memoria, comprensión. Entendidas tales capacidades como una adquisición siempre ligada a la subjetividad y no como meros adiestramientos en el acceso a la educación.
Un reconocimiento a los padres y las madres
Para esos padres y madres que buscan ser afectivos y creativos en su función, que se interrogan, consultan, intentan descubrir a cada hijo en su singularidad y promueven su autonomía. Que no temen equivocarse, que están dispuestos a observarse y descubrir lo desconocido de ellos mismos y de sus hijos.
Para las madres y padres que me han dejado acompañarlos en su camino, con los que he aprendido y sigo aprendiendo, va dirigido mi reconocimiento en este artículo en este día mundial de las madres y los padres.