¿Qué es el análisis personal?
La terapia psicoanalítica o análisis personal es una experiencia íntima que permite acceder a aspectos desconocidos de uno mismo. Las vivencias, recuerdos, deseos -que por su intensidad han quedado relegados en la historia de un sujeto- podrán ser elaborados e integrados.
Cada paciente trae -sin saber que sabe- un conocimiento sobre lo que le ocurre. En el encuentro particular y único que se vive en la situación terapéutica, permitirá que aquellos aspectos que más dolor cuesta aceptar puedan recordarse, repetirse y elaborarse. De este modo la persona enriquece su potencial y se libera de ciertas ataduras defensivas.
Sus deseos más íntimos, sus contradicciones podrán poco a poco abordarse en el encuentro repetido y frecuente de las sesiones. Una vez conocidos los deseos más profundos es el propio paciente -liberado de las limitaciones que el inconsciente impone- puede hallar sus propias soluciones a los conflictos.
¿Cómo es una terapia psicoanalítica?
En la terapia psicoanalítica el psicólogo –formado en Psicoanálisis– no es un mero observador, ni establece una conversación como con un amigo. El terapeuta no juzga ni moraliza, no educa ni corrige. Su función no es influir ni estimular, ni motivar. El psicólogo no usa la sugestión, ni la hipnosis ya que para que los cambios sean duraderos es el propio paciente el promotor de sus cambios en el transcurso de su terapia, pero para ello debe empezar por conocer sobre lo que su dificultad, conducta o malestar viene a mostrar.
El psicólogo -desde el psicoanálisis- no utiliza cuestionarios generales ni tests, lo importante no está en los datos de la “realidad objetiva” sino en la forma en que ha participado y se ha sentido modificado por ellos.
El Psicólogo ayuda en la búsqueda de la verdad individual. Esta mirada diferente a la de otros profesionales de la salud, permite reconocer a cada persona desde su singularidad, su historia personal, su manera de entender el mundo. Al psicólogo no le interesan en sí mismo los acontecimientos vividos por la persona que pide ayuda, sino la manera en la que cada uno se ha sentido afectado por ellos.
El paciente en terapia es un agente activo, es quién acompañado por el psicólogo dirige su recorrido de conocimiento y cambio. El paciente es alguien que sufre y a la vez está dispuesto a emprender un recorrido para dejar de hacerlo.
Se puede valer de la ayuda del diván clásico, que facilita la introspección y la reflexión profunda. Pero, no siempre hace falta estar tumbado para poder realizar una psicoterapia psicoanalítica. Hoy en día hay terapias psicoanalíticas “cara a cara”, breves, de pareja, de grupo, en instituciones.
¿Cómo se lleva a cabo el análisis personal?
El terapeuta realiza una escucha activa, comprometida. Una escucha particular que permitirá al terapéuta conocer lo que el paciente le muestra y devolvérselo de una manera más comprensible o asumible. Ya que muchas de las vivencias dolorosas pueden haber quedado relegadas, apartadas por su intensidad. Y será de a poco como podrán ser integradas.
Es el propio paciente quién traerá al psicólogo sus teorías de por qué cree que le sucede esto o lo otro y con qué siente que puede tener que ver. Es el propio paciente quien conoce los aspectos más significativos de su historia, su malestar le pertenece, no le es ajeno.
Todo lo que el propio paciente no ha podido integrar de sí mismo lo proyecta, lo dirige hacia el terapeuta, sin saber que lo hace. Repite, actúa en el aquí y ahora aspectos que han quedado sin elaborar y corresponden a otro tiempo. Transmite todo aquello con lo que no puede encontrase de sí mismo, eso que le pasa, sea: angustia temor, miedo, depresión, tristeza…
Por ello el Psicólogo formado en psicoanálisis debe atravesar un análisis personal profundo, para tener las herramientas que le permitan recibir, contener y poder devolver esos aspectos no asumibles del paciente de una manera más accesibles. No se trata sólo de la empatía del psicólogo -que por supuesto también es necesaria- sino que hay ciertos aspectos del funcionamiento psíquico que no pueden entenderse si no se ha pasado por la experiencia de un análisis personal.
Este trabajo de integración y elaboración se realiza poco a poco y requiere una frecuencia repetida en la que poder hablar, pensar una problemática un día y poder retomarlo unos días después. Por ello los tiempos de sesión, entre sesiones y de duración de la psicoterapia pueden ser diferentes a otros modelos de intervención.
La posibilidad de sentirse mejor viene ligada a una mayor integración de los aspectos negados de cada uno que llevará a una aceptación de la historia personal y a cambios duraderos.
¿A quién puede ayudar la terapia psicoanalítica?
Puede ser útil a quién sufre y está dispuesto a empezar un recorrido para dejar de hacerlo.
A quién se pregunta sobre lo que le ocurre ¿Por qué a mi?, ¿Por qué esto?, ¿Por qué ahora?.Que reflexiona y quiere conocer algo más sobre lo que con el padecer se está mostrando.
Alguien que tiene sus teorías sobre momentos de su vida, formas de relacionarse que de alguna manera siente que están comprometidas con lo que le sucede.
Personas que quieren ser parte de la solución de sus conflictos para que así de una manera íntima y personal buscar sus propias soluciones.