Psicología perinatal
El psicólogo perinatal puede acompañar en el momento en el que una persona -o pareja- desea ser padre/madre, y comienza la búsqueda de un bebé.
Psicología prenatal, perinatal y neonatal
La psicología perinatal abarca desde el surgimiento del deseo, la búsqueda de la concepción y la gestación (prenatal); el nacimiento (perinatal); hasta los primeros años de vida del niño (neonatal). Etapas que se caracterizan por profundas transformaciones psíquicas en los padres, particularmente de la madre que se preparan para acoger a un bebé. La consolidación de estas transformaciones formarán parte de la identidad parental para el resto de sus vidas y dejarán sus marcas en el psiquismo incipiente del niño.
El viaje a la maternidad – paternidad
Las funciones parentales no surgen en el parto -o la adopción-, sino que representan un recorrido a transitar. Periplo que suele vivirse con sensibilidad, inquietud, ansiedad, preocupación, ilusión, esperanza. Un período que puede resultar tan inquietante como enriquecedor y en el que los futuros padres confrontarán con su propia infancia. En el embarazo suelen vivenciarse cambios de humor, mayor ansiedad, tristeza, que no pueden ser tomadas como estados psicopatológicos, sino que suelen ser frecuentes e inevitables. Conviene no pasarlo por alto en estos tiempos tan proclives a «lo positivo», que no suelen propiciar espacios a «los embarazados» en los que compartir estar emociones sin sentirse cuestionados o enjuiciados.
La ayuda del psicólogo perinatal
Cuando deciden pedir ayuda al psicólogo, algunos personas llegan temerosos, llenos ellos mismos de prejuicios al respecto. Otros se alivian casi que de inmediato al encontrar un lugar donde poder pensar, expresar y compartir sus emociones. Lo que contribuye al bienestar parental que luego influirá en ese encuentro con su bebé. Cuando al embarazo le acompañan dificultades mayores los padres pueden sentirse sobrepasados y desencadenar un gran sufrimiento. En estos casos el rol del psicólogo perinatal puede resultar crucial.
Complicaciones inesperadas
A veces en ese gran viaje que representa parentalidad pueden surgir imprevistos: infertilidad, inconvenientes, pérdidas gestacionales, partos complicados, nacimiento prematuro del niño, entre otros, que demanden un mayor ajuste emocional de los venideros padres. Unos padres que irán elaborando como pueden sus miedos y enfrentándose a sus incertidumbres para poder ofrecer un espacio sostenedor y contenedor a su bebé. Mi experiencia psicoterapéutica o de análisis personal en Tenerife con mujeres embarazadas y hombres encarando su próxima paternidad no deja de enseñarme, sorprenderme y regalarme palabras gratificantes ante la labor terapéutica conjunta realizada con mis pacientes.