¿Este bebé tiene muchos brazos?
¿Tener en brazos es malcriar?, ¿Por qué los seres humanos cargamos a los bebés?, ¿Que función cumple en el desarrollo de los niños?
La crianza de un niño despierta inquietudes entre los seres humanos y diversas son las maneras de entender lo que es saludable o no para un niño. Un tema frecuente de preocupación de los padres es si el bebé debe estar en brazos o esto es mal acostumbrarlo o malcriarlo. Más que dar recetas de cuidado me gustaría transmitir como siente y percibe el recién nacido. Cuales son sus necesidades fundamentales de sostén y contención emocional en dónde ser sostenido aportará o no en su desarrollo si es un tener en brazos mental y emocional más allá de una acto mecánico y físico.
¿Cargar o sostener?
“Nadie es capaz de sostener a un bebé en brazos a menos que sepa identificarse con él”
Donald Winnicott.
Es cierto que los niños son cargados desde tiempos muy antiguos y existen todo tipo de registros de esta costumbre tan humana y de algunos mamíferos. Los motivos por los que se cargan los niños pueden variar, pero la necesidad de un bebé de ser sostenido física y emocionalmente permanece inmutable. Poco aporta un fular o mochila de cargar un bebé sin una madre capaz de anticiparse a las necesidades del niño, identificarse con él, “pensar en él y por él”1. Puede llevarlo pegado todo el día sin que ello contribuya a incrementar sus sensaciones de sostén emocional, existencia y seguridad. Por lo tanto hablamos de algo más allá de cargar o sujetar un bebé, hablamos del modo de conexión emocional entre esa mamá y el bebé al estar en brazos. De ese encuentro sensible a las sensaciones y lenguajes de los que el cuerpo se vale.
¿Cómo puede identificarse la mamá con el bebé?
«Quién juega con un niño, juega con algo cercano y misterioso»
Juan I, 14. J. L. Borges
La mamá debe intentar adivinar que es lo que a ese bebé le puede estar pasando: ¿Será que siente frío?, ¿Será que tiene hambre?, ¿Está incómodo? Tendrá que empezar a decodificar sus señales y tipos de llanto. La madre podrá desarrollar esta capacidad empática de entender las necesidades del niño gracias a la sensibilidad y observación en el contacto temprano, continuo y prolongado con su bebé. Al bañarlo, alimentarlo, vestirlo… irá conociéndolo y pudiendo dar respuestas a estás necesidades, cuando le es posible.
Pero el bebé no sólo tiene necesidades corporales, sino también abrumadoras necesidades afectivas. Ser cogido en brazos no es un capricho es una necesidad. El bebé recién nacido entre sus requerimientos fundamentales necesita ser sostenido.
¿Los brazos malcrian?
“Los bebés no recuerdan haber tenido un sostén adecuado: lo que recuerdan es la experiencia traumática de no haberlo recibido.”
Donald Winnicott
Los brazos son fundamentales y no generan dependencia. El contacto físico entre la mamá y el bebé es un modo de intercambio, un lenguaje que permite conocerse y descubrirse. Un bebé que ha tenido suficiente tiempo de brazos llegado su momento tendrá que crecer y descubrir el mundo sin brazos que lo retengan. Irá de la mano, luego irá sólo paso a paso por su camino sabiéndose acompañado y sostenido. Los abrazos no tenidos serán buscados durante toda la vida. Muchos son los adultos faltos de éstos que buscan continuamente que alguien los cargue y los sostenga.
¿Por qué necesitan brazos los bebés recién nacidos?
«Por obra de una magia
nací curiosamente de un vientre.
Viví hechizado, encarcelado en un cuerpo
y en la humildad de un alma.»
J. L. Borges
Durante el embarazo el bebé se encuentra sostenido en un entorno envolvente en el vientre de su mamá que actúa como una gran barrera ante los estímulos ante la luz y los sonidos, el espacio reducido lo mantiene sostenido, el ritmo de su mamá lo acuna. Allí, puede alimentarse cuando lo requiere y no existe sensación de frío ni de calor.
El nacimiento representa una variación radical, se vivencia un cambio en la fuerza de la gravedad que junto con otras modificaciones, conforman un conjunto de factores amenazantes de la integridad del niño. El bebé se encuentra ahora en un espacio físico que le representa una inmensidad que debe ser compensada y atenuada para sobrevivir por un otro contenedor, que suele ser la madre.
La restitución temprana del contacto con el sostén del cuerpo disminuye las consecuencias de discontinuidad producida por los grandes cambios que acontecen al nacer, permitiéndole al niño la continuidad de contactos, con el efecto contenedor que esto tiene. Ya no es posible una vuelta a la vida orgánica de su madre pero sí a la vida corporal en conexión íntima a través del contacto piel a piel y la transmisión de la leche que, a través de su pecho, la madre le brinda. Es con ella, con quién el bebé experimenta una relación cálida, íntima y continua, que proporciona satisfacción y goce a ambos. El arropar al bebé, cargarlo junto al pecho, sostenerlo de manera firme serán calmantes fundamentales en esta etapa, donde las sensaciones corporales de contención y sostén se incorporarán como las primeras experiencias de gratificación.
¿Qué función cumple el sostén emocional?
La contención y sostén emocional de una madre atenta a decodificar sus necesidades básicas de cuidado y amor serán el reservorio de su vida futura. Estas primeras experiencias de satisfacción y contención fundarán la autoestima y la sensación de no estar sólo en un mundo desconocido. (Mariela Michelena)
Bibliografía de referencia:
D. Winnicott (1951) «Las bases de la salud mental». British Medical Journal.
R. Spitz (1969) «El primer año de vida» Fondo de Cultura Económica. México.
D. Calmels (2001) «Del sostén a la transgresión» Ed. Novedades Educativas. Buenos Aires.
M. Michelena (2009) “Un año para toda la vida” Ed. Planeta. Madrid.