La ayuda del psicólogo a personas que realizan un tratamiento de fertilidad
¿Qué vivencias y emociones puede despertar un tratamiento de fertilidad?, ¿Cómo puede afectar a la pareja?, ¿En qué puede ayudar un psicólogo?
Formar una familia
En los procesos médicos para lograr un embarazo se pueden experimentar distintas emociones. Una mezcla de ilusiones y temores. Distintas fantasías aparecen ligadas a la posible futura paternidad o maternidad o la imposibilidad de llevar a cabo este propósito.
Los deseos que mueven a realizar un tratamiento de fertilidad son sumamente personales. A veces se vive con más intensidad un deseo de maternidad, otras veces un deseo de hijo. Pueden parecer similares pero presentan un gran abanico de opciones diferenciadas en lo que respecta al futuro rol parental y lugar que se le dará al niño que nace.
Transitar el tratamiento de fertilidad
Llevar adelante un tratamiento de fertilidad lleva implícito un reto, un desafío a transitar por distintos estados emocionales. Ilusión, desilusión, esperanza, dolor, progreso, desesperación.
Que junto a las modificaciones hormonales producto del tratamiento pueden desestabilizar el estado de ánimo en la mujer y en su pareja. Mucho es lo que se juega, las expectativas, los temores. A veces puede llevar mayor tiempo del que la pareja imaginaba o ser una vorágine emocional demasiado intensa.
No será igual un tratamiento en donde la pareja puede acompañarse, conversar, reflexionar, estar presente que un tratamiento que se decide en soledad, en donde la ayuda de un ser querido o un terapeuta acompañando el proceso cobrará una mayor relevancia.
La posible infertilidad
La idea de la posible infertilidad, en los casos que existe una dificultad clara como en aquellos idiopáticos, puede ser sumamente dolorosa y requiere ser elaborada. Para el hombre la posible infertilidad a veces puede ser vivida como una cuestionamiento a su virilidad. En la mujer puede interrogar su función procreadora. Por lo cual en ambos miembros de la pareja suele ser una vivencia intensa y necesita poder tramitarse para que la futura función paternal, pueda desempeñarse de una manera saludable. A veces estas cuestiones pueden manifestarse en tensiones entre la pareja y requiere la elaboración de duelos para ambos.
La exposición ante otros de ese momento que puede ser crucial en al vida de la persona puede despertar sensaciones de inadecuación, extrañeza.
La intimidad en los procesos de fertilidad
También la decisión de iniciar un tratamiento de fertilidad implica incluir a un tercero, profesional en al intimidad de la pareja, aspecto de gran transcendencia e intensidad.
La vida sexual de la pareja puede verse afectada durante y a veces por un tiempo posterior al tratamiento de fertilidad. Con todo lo que la sexualidad como encuentro íntimo en al pareja representa y afecta.
Las decisiones y los duelos durante el tratamiento de fertilidad
Iniciar un tratamiento de fertilidad puede implicar un gran número de decisiones importantes muchas veces de aspectos desconocidos. Desde los menos invasivos a los pasos cada vez más intensos en lo que pueden representar en cada persona con su modo de funcionamiento psíquico, sus creencias, sus culturas.
Interrogantes que van surgiendo durante todo el proceso de reproducción asistida: ¿Inseminación artificial?, ¿fecundación in vitro?, ¿Donante de semen?, ¿con donante de óvulos?, ¿Diagnóstico genético pre implantacional?, ¿fecundación en el laboratorio?, ¿gestación subrogada?, ¿Congelar embriones?, ¿Qué hacer con los embriones «sobrantes»?, ¿Qué tiempo esperar entre cada intento?, Decisiones cuando se da un embarazo múltiple, o una complicación, son algunos. En parejas de lesbianas requiere a su vez otros interrogantes: ¿Quién intentará el embarazo?, ¿Ambas? ¿Con que combinación genética?, ¿Método ropa?, ¿Con donante anónimo?
Conceptos y aspectos todos sumamente complejos que requieren un tiempo de elaboración, digestión, para poder posicionarse de una manera personal sin sentirse arrastrados por una urgencia externa. Durante el proceso pueden producirse pérdidas que requieren como toda pérdida ser elaboradas e integradas. Muchas de estas cuestiones requieren atravesar procesos propios de duelos, que de pasarse por alto, pueden quedar encapsulados, acumulados y en futuras pérdidas suelen aparecer.
Todo tratamiento de fertilidad requiere, paciencia, constancia y elaboración de situaciones que aún son novedosas y que nos presentan nuevas disyuntivas a atravesar.
Afectaciones posibles durante un tratamiento de fertilidad
Iniciar un tratamiento de fertilidad puede incrementar en al pareja los niveles de ansiedad y angustia, provocando irritabilidad y dificultades del sueño, dificultades de concentración, una mayor sensibilidad y susceptibilidad.
Para las parejas inmersas emocionalmente en el proceso puede generar sensaciones de impotencia y deseos de proteger a sus parejas ante la intensidad de las vivencias, por lo que pueden manifestar similares dificultades.
Otro aspecto frecuente durante el tiempo de tratamiento es la fantasía o tramitación conjunta de solicitudes de adopción que trae aparejada sus propios retos psíquicos y sus propios duelos.
He mencionado a grandes rasgos las afectaciones presentes durante una tratamiento de fertilidad pero en cada persona que lo atraviesa despierta sus propias cuestiones, sus interrogantes personales, sus singulares limitaciones y las posibilidades de aceptación.
En todos estos aspectos y vorágine de sensaciones, sentimientos, frustraciones, ilusiones el Psicólogo especialista en Psicología Prenatal y Perinatal puede ser de gran ayuda.